Historia de una muerte fetal

¿Dios está muerto? Según las normas del pensamiento matrixiano contemporáneo, Dios está muerto. En otras palabras, Dios ya no es la fuente de ningún código moral de valor absoluto. Y, muerto el Creador Dios, yo criatura puedo finalmente tomar el lugar.

La cultura matrixiana contemporánea ha perdido totalmente el sentido de lo divino, y ya no ve ningún propósito superior en la propia existencia. En la visión de los falsos profetas matrixianos “Dios está muerto”, motivo por el cual es necesaria una filosofía post-cristiana que colme el vacío que esta muerte inevitablemente producirá en las criaturas en la búsqueda de su Creador, y por lo tanto, del sentido mismo de su existencia.

El príncipe de Matrix, alias padre de la mentira (ver Juan 8:44), parece susurrarme, exactamente como hizo con Eva en el jardín del Edén, que el abandono de la fe en mi Padre celestial abrirá el camino al desarrollo más completo de mis máximas habilidades como hombre. Y siempre el padre de la mentira me sugiere pérfidamente que mi Creador no será ya un obstáculo a mi:

  1. a) Iluminación: yo hombre iniciaré a comprender el verdadero valor divino que en cambio estaría en mí,
  2. b) Elevación: la admisión de la muerte de Dios, representaría un folio en blanco, y por lo tanto la libertad más absoluta de convertirse en algo nuevo, superior, y además inmortal;

Así, yo mismo sería un “dios”, y podría, en consecuencia, conferirme a mí mismo los atributos que le otorgaba a Dios. Esto es el inevitable salto de paradigma que interviene con la negación de Dios.

Pero el Dios VIVIENTE, Creador de los cielos y de la tierra, omnipotente y el único que posee la inmortalidad (1ª Timoteo 6:16), muy pronto desenmascarará a los falsos profetas matrixianos, arrancando definitivamente de encima la vestimenta de cordero con la cual se ha cubierto engañosamente el lobo de los lobos: Satanás.