Canto sobre el príncipe de Matrix

Querido Lucifer,

Sí, te llamo “querido” porque todavía hoy, a pesar de todo el mal que has perpetrado, tu Creador (y el mio) te ama todavía. ¿No dice la Biblia que Dios ama a los pecadores pero odia el pecado? Tú eres un pecador, probablemente el más grande entre todas las criaturas. Pero a pesar de eso tu Dios (y el mío) te ama todavía con un amor perfecto.

Muchos creen que tú eres el dios del mal. Esto no corresponde a la verdad. Tú eres solo una criatura, como yo, que mucho más simplemente ha querido alzarse por encima de su creador (ver Isaias 14:13-14). El dios del mal no existe, es solo una  invención  tuya, con tal de convertirte (aunque sea en negativo) en un dios, en un potencial sustituto/sucesor del Creador. En cambio, existe solo un Dios, inmortal, omnipotente, omnisciente y omnipresente, y es Dios el Creador. Él es el Dios del bien, y solo del bien, porque de Él mi estrella polar dice que es vida y que es amor.

Ya no te pertenece  más el nombre Lucifer, que significa portador de luz, que te fue dado por tu Creador cuando fuiste creado. Incluso si continuas firmando con este nombre, te ha sido quitado. Hoy tú eres tristemente solo Satanás, el enemigo del Creador y de las criaturas (de tí mismo incluido)… un tirano acabado (ver Isaías 14:4). Incluso si continuas escondiéndolo al género humano, negándolo incluso a , envejeciendo y las fuerzas te están  abandonando.  Desde que te separaste de tu Creador, la fuente de toda vida, tu aliento vital se está apagando lentamente (ver Isaias  14:10).

Sin embargo, continuas  nutriendo  sentimientos  de supremacía orgullosa  blasfemando  sin  sentimiento de culpa, en el nombre de tu  Dios, día y noche. Tú eres  ya esclavo  hasta  la médula de tu proprio espíritu rebelde, un espíritu que te está  llevando  a la autodestrucción.  Es inútil que continues  escondiendo  tus arrugas, las cuales  se hacen  cada  vez más profundas  e irreversibles. Tu fín está ya señalado… se te lee estampado  en  la frente.

A pesar de lo que se dice, no será tu padre celestial (que continua inexplicablemente amándote) el que te destruya. Este padre nuestro es vida. La muerte no le pertenece. Tu destrucción es solo la consecuencia más obvia de tu alejamiento voluntario de Él, dador de la vida. Lejano de Dios se muere, mientras cerca de Él se renace. Y tu decisión, ya irreversible, te dará pronto el golpe de gracia (ver Isaias 14:9). Sin embargo, se ya que tu padre celestial (y el mio), como me lo ha enseñado su hijo Jesús con la parábola del hijo pródigo, asistirá con profundo dolor a tu autodestrucción. Qué tristeza, el antiguo querubín portador de la luz divina que se retuerce y disuelve ya lejano de la misma luz que irradia armonía y vida en todo lo creado.

Fuiste creado perfecto… eras bellísimo. Mirándote ahora me quedo sin aliento al constatar cómo se ha embrutecido tu rostro, que una vez resplandecía porque era a imagen y semejanza de tu Creador. Tú mismo, que tienes el rostro de Dios esculpido en tu memoria, evitas mirarte para no suicidarte al instante (Isaías 14:16) .

Tu plan, verdaderamente diabólico y aparentemente perfecto, será sepultado contigo. Sí, tu objetivo de desfigurar el rostro perfecto de Dios Padre ha fallado miserablemente. Has intentado, y debo admitir con un éxito discreto, de infiltrar en la mente de tus hermanos y hermanas de la especie humana, la imagen de un padre celestial enfadado, frío, lejano y hostil. Has pintado durante milenios, con tácticas verdaderamente sutiles y solapadas, un Creador con un carácter irascible, despiadado y guerrero. ¡Pero este intento tuyo ha fallado!. El rostro y el carácter de Dios han empezado a reflejar su belleza a los cuatro ángulos de la tierra, desvelando su intento de golpe de estado contra el Rey de reyes, Señor de señores. El universo entero le pertenece y pronto toda criatura le adorará voluntariamente solo a Él.

Tu única esperanza, de frente a la ilimitada fuerza atractiva del amor del Creador por sus criaturas, era la de cubrir este amor tan potente con una teoría de mísera justicia humana, según la cual la liberación del género humano de la muerte (por lejanía de Dios) podía suceder solo a través de la misma muerte… la muerte de un sustituto (entre otras cosas inocente), y no simplemente a través de un acercamiento a la fuente de toda vida donde la muerte no puede subsistir ni siquiera un momento. ¿Dios hijo Jesús ha venido verdaderamente para aplacar la rabia de su padre con la paga de un tributo (es decir su misma vida), o ha venido para acercar al género humano al amor del padre celestial que nos está esperando todavía con los brazos abiertos, con las lágrimas que le surcan el rostro desde hace muchos años?

Dios (padre) que mata a Dios (hijo), usando a su misma criatura como verdugo, para calmarse a sí mismo es verdaderamente aberrante… un verdadero y propio sacrificio humano digno solo del más bajo entre los demonios, es decir, tú Satanás. Tu mente ha llegado a niveles verdaderamente maléficos. Pero los verdaderos locos hemos sido nosotros hombres creyendo que el Dios de vida y amor, el Dios omnipotente de la Biblia, no tuviese la fuerza y las ganas de regalar a su criatura la inmortalidad (y por lo tanto el perdón) sin pedir nada a cambio. ¿No es capaz incluso un padre/madre humano/a de regalar a un hijo lo mejor que tiene sin pedir nada a cambio? Es posible que nosotros hombres, ya  lejanos de la fuente de la vida y del amor perfecto, seamos capaces de ser mejores padres con respecto al Dios de amor que nos ha dado el aliento vital? Figurémonos si  la fuente de vida podía pedir a cambio lo que le queda más lejano: la muerte. ¿No es la salvación por gracia el hilo  de todos los libros que componen el cánon bíblico? Si tal gracia ha sido comprada con la sangre de un inocente, qué gracia es? ¿Sería este un dios verdaderamente mejor que yo? Cuando el propio dios no es mejor que yo, entonces es inutil… o quizás hasta infructuoso.

¿No es este tu objetivo, Lucifer, tu que ya amas la lejanía de Dios, tú que deseas el mal y que te nutres del sufrimiento de otros ? (ver Isaías 14:6). Enemigo Satanás, has conseguido crear en la cabeza de los hombres un dios del mal mucho más fuerte del que en realidad eres: una simple criatura al final de su vida (ver Isaías 14:11) Como hemos podido creer que el Creador era obligado por tí a pagar un precio por nuestro rescate? ¿Rescate? ¿Pero qué rescate? Tú no me estás teniendo a mí pecador como prisionero simplemente porque tú mismo estás en la misma prisión, y esta prisión se llama: alejamiento de Dios. Tú eres un enfermo terminal y estás en mi misma barca/prisión sin ninguna posibilidad de rescate. El Creador no va a rebajarse a hacer tratos contigo…  lo necesita y de todas formas iría en contra de su mismo carácter, de su misma naturaleza, de su ADN. Basta con esta exaltación, aunque en negativo, de tus posibilidades. Tu estás sobre el lecho de muerte. Y solo el hecho de que el dador de la vida no te haya alejado todavía completamente de él, te mantiene en vida. Pero la separación  completa, auspiciado por ti desde hace milenios, ya ha llegado. Tu destino negro te está tragando en la nada (ver Isaías 14:15).

Tú Satanás, que te sientes el príncipe de este mundo, un mundo lejano de Dios, tú que has creado Matrix, un reino a tu imagen y semejanza, eres solo polvo comparado con Dios el Creador. También Matrix, un mundo con una religión fundada sobre la DEUDA, ora a su dios, llevando sacrificios y oraciones de todo tipo, con la esperanza de aplacar su ira furibunda, es un reino de arena que se disuelve con el primer golpe de viento. Y finalmente también el dios que es adorado en Matrix, es un dios de arena. Tal presunto dios no eres otro que tú, Satanás (ver Isaías 14:3). Finalmente estabas haciendo realidad tu sueño de hacerte coronar dios. Has tomado el lugar de Dios, el nombre de Dios, sus apariencias,  pero no tienes su carácter. Eres y permanecerás hasta tu último respiro solo un alma rebelde empeñado en  la destrucción de toda forma de vida  que le esté cercana, incluído a sí mismo.

Que sepas que tu antigua estrategia, iniciada ya en el jardín del Edén con Eva, cuando intentaste (con éxito) distorsionar la imagen del Creador en la criatura, sembrando la duda sobre tu verdadero fin, ha sido desenmascarada en tu mismo reino llamado Matrix. Desde tu primera palabra en el Edén, hasta tu última palabra hoy en Matrix, no has intentado otra cosa que hacer parecer malo al Creador de los cielos y de la tierra, volcando su CRÉDITO en DEUDA. ¡Una mentira que  será maldita eternamente!

Sí, ex-Lucifer, Matrix cayó en el preciso momento en el que sus ciudadanos comprendieron cual es el verdadero rostro de su padre celestial. Matrix, aunque junto a tus adeptos todavía no quiere admitirlo, ha implosionado, se ha desmoronado literalmente y ya no existirá más (ver Isaías 14:5). Y todos sus orgullosos ciudadanos se encontrarán con un puñado de arena en la mano. ¡Qué grande será su desilusión!

Nosotros fans de Jesús no estamos felices por tu final y aquel de todos tus seguidores, pero saltamos de alegría por el fin del mal, el cual ha demostrado ser un cáncer maligno y letal que hace enloquecer a las células creadas buenas y perfectas por Dios el Creador (ver Isaías 14:7). ¿Cómo era posible que en el interior de la creación buena, bella y perfecta de Dios pudiera nacer el mal? ¿No parecía según tu teoría falsa y burlona, Dios mismo cómplice del nacimiento del mal? ¿Si Dios es el único Creador, quien, sino Él, podía ser también el artífice de la muerte junto a toda forma de mal? Sin embargo, hoy me queda claro que todas las moléculas que componen el universo entero serían buenas, con salud y vitales mientras permanecieran dentro del plan armonioso divino, es decir, cercanas a Dios. Pero en tí nació la chispa del mal en el momento en el que alteraste esta armonía preconstituida, ensalzando tu YO por encima de tu Dios.

Maldito el momento en el cual has alterado la armonía en tí, dando vida al espíritu rebelde que ha infectado durante milenios toda la tierra, alteración de la cual cada forma  de mal que se ha manifestado (y continua manifestándose) causa consecuencias en la vida de cada hombre sobre este planeta llamado tierra. Sólo ahora tengo bien claro que el mal no es creado. Siendo el mal la lejanía de Dios, basta alejarse de Dios para experimentar el nacimiento del mal. Dios el creador habría podido eliminar con la fuerza el mal desde su nacimiento. Pero tal desequilibrio no se habría suprimido por mucho tiempo, presentando día tras día otras metástasis en la creación. La dureza no puede hacer más que endurecer, la retribución del mal con el mal no puede más que educar al mal. Estas infinitas metástasis serían la más obvia consecuencia de frente a un Dios que se define vida y que en cambio suprime a la propia criatura al primer disentimiento. ¿Puede la vida dar lo opuesto de sí mismo, es decir la muerte? No, el Dios de amor no tenía otra elección que continuar siendo sí mismo, vida y amor, apuntando a una solución a largo plazo, pero acertada y definitiva. Sólo la clara contraposición entre la constitución del reino del Creador fundada sobre el CRÉDITO, sobre el amor y sobre la vida, y la constitución matrixiana del reino rebelde de la criatura fundada sobre la DEUDA, sobre el egoísmo y sobre la muerte, podía  poner fin a esta triste historia. ¿No me confirma mi estrella polar que el mar se puede vencer solo con el bien? Nada de muerte, nada de destrucción o venganza, sino solo un amor paciente y fuerte representa el antídoto al virus del mal.

Satanás, tu hablas todavía, actuas todavía, haces oscuros complots, pero estás ya muerto. Tu corazón ha dejado de latir y dentro de poco también tu cerebro se dará cuenta, apagándose por la eternidad (ver Isaías 14:19). Debo ser honesto… menos mal que ha venido Dios hijo (Jesús) a la tierra a mostrarme tridimensionalmente el rostro y el carácter de amor del Padre, de otra forma tu plan habría prevalecido. Y solo verlo clavado en la cruz, infame a causa de tu maldad, Satanás, y también mía como tu cómplice, ha hecho disparar la chispa del arrepentimiento en mí y en todo el género humano. Solo la resurrección me ha restituido el poder, el gozo y la esperanza ilimitada.

Ha llegado la hora de abrazar a mi padre celestial que me espera desde mi nacimiento con los brazos abiertos a pesar de que yo no merezca absolutamente nada. Pero mi padre está loco… sí, loco de amor por mí y por cada hijo pródigo suyo. ¡Y donde está este padre loco de amor, hay vida… para siempre!

Un fan de Jesús que ha decidido volar.