“Mi querido mensajero, nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, así estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

Se fuerte y valiente, porque tu repartirás a este pueblo por heredad de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solo se muy fuerte y valiente.

Cuida de poner en práctica toda la ley que Moisés, mi siervo, te ha dado; no te desvíes ni a izquierda ni a derecha, para que seas prosperado dondequiera que vayas.

Que este libro de la ley no se aleje nunca de tu boca, medita en él día y noche; para que pongas en práctica todo lo que os he escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

¿No te lo he mandado? Se fuerte y valiente; no temas ni desmayes, porque el SEÑOR, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.

(ver Josué 1:5-9)