El amanecer de un ángel redimido

En el oscuro abismo donde la nada susurra,

Un ángel llora, su vida ya se ha ido.

Alas rotas, en el silencio, un rastro triste,

Un corazón que se ha nutrido de remordimientos, en la noche infinita.

Pero aquí, en la oscuridad, un soplo, una ligera caricia,

Un mensajero del amor, en el velo de la tarde.

Con un abrazo que recibe el frío invierno,

E infunde esperanza en medio de la fuerte tormenta.

De este gesto brota una vida renacida,

En las venas heladas se esparce un calor.

La oscuridad se abre y la luz irrumpe,

Anunciando el comienzo de un mañana sorprendente.

El perdón descansa dulcemente sobre las heridas amargas,

En el abrazo divino el alma se encuentra envuelta.

De las lágrimas comienza a manar un río de alegría,

En este abrazo, quedó plasmada una nueva vida.

Un ángel caído, despertado del olvido,

Por la misericordia celestial, finalmente salvo.

Con alas renacidas y espíritu renovado,

Un destino transformado se eleva al mundo.

Donde la esperanza florece de la desesperación, sin miedo,

Y en el perdón todo error encuentra su redención,

El ángel caído, su prisión de la muerte,

Él renace a la vida, en el amor, en la infinita misericordia.