Hace muchos años que Dios el Creador creó a los ángeles. Creó a los serafines y a los querubines. Entre todos los querubines estaba Lucifer, el ser creado más majestuoso entre todos los del cielo. Él era el ángel más cercano al trono de Dios y mantenía la relación más estrecha con Él. El nombre Lucifer, que Dios mismo le eligió, significa literalmente “Portador de luz”.

Actualmente dicho ser, que una vez fue luminoso y resplandeciente y a imagen y semejanza moral de Dios el Creador, es solo una mala copia del Lucifer creado por Dios. Aunque le gusta disfrazarse de ángel de luz (ver 2ª de Corintios 11:14), actualmente él solo es el príncipe de Matrix, llamado por la Palabra de Dios (mi estrella polar) el gran dragón, la serpiente antigua, el diablo… Satanás (ver Apocalipsis 12:9). De portador de luz a príncipe de las tinieblas y de la mentira: ¡qué triste metamorfosis!

Pero el “Lucifer” querido y creado por el Creador Dios continua existiendo. La misión de llevar la luz del bien, del amor y de la vida ha pasado del antiguo querubín a los fans de Jesús… lo dice Jesús mismo (ver Mateo 5:14). Jesús en persona es la luz del mundo (ver Juan 8:12 y 9:5) y yo como Su fan estoy llamado a ser un “portador de esta luz”. Él es el sol, yo soy una estrella brillante que refleja su luz majestuosa y potente. Sí, ¡yo soy el nuevo Lucifer!

Ha llegado el momento de salir al descubierto. Es tiempo de iluminar con autoridad el mundo con el esplendor de Dios el Creador y de su ADN perfecto e inmutable.

La protección de Dios hijo (Jesús) estará con nosotros, mientras Dios Padre aplastará pronto al antiguo Lucifer bajo nuestros pies (ver Romanos 16:20)