A quien vence saliendo de Matrix, yo le daré de comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

Quien vence separándose de Matrix, no será alcanzado por la muerte segunda.

A quien vence abandonando Matrix, yo le daré del maná escondido y una piedrecita blanca, sobre la cual está escrito un nombre nuevo que nadie conoce, sino aquel que lo recibe.

A quien vence alejándose de Matrix y persevera en mis obras hasta el fin, le daré poder sobre las naciones, y él las regirá con vara de hierro y las quebrará como vasijas de arcilla, como también yo he recibido poder de mi Padre, y le daré la estrella de la mañana.

Quien vence dejando Matrix, será vestido de vestiduras blancas, y yo no borraré su nombre del libro de la vida, sino que confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles.

Quien vence olvidando Matrix yo lo colocaré como columna en el templo de mi Dios, y él no saldrá ya más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios (la nueva Jerusalén que desciende del cielo de mi Dios) y mi nombre nuevo.

Quien vence saliendo de Matrix lo haré sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con el Padre en su trono.

(ver Apocalipsis 2:7,11,17, 26-28; Apocalipsis 3:5, 12, 21)