Frente a la encrucijada.

Al igual que Matrix en todas sus formas hace envejecer, afea y debilita al hombre precozmente, lo mismo se verifica también en el mundo espiritual invisible. Matrix es un “virus degenerativo progresivo”. A pesar de su esmero y diligencia, el príncipe de Matrix es un ser cansado, feo y profundamente desilusionado de su obra. El mal lo ha marcado para siempre. Sin embargo, esto no me debe hacer bajar la guardia, no quiero infravalorarlo, porque el peligro está siempre al acecho. Jesús mismo me invita a “velar y orar, para no caer en tentación” (Mateo 26:41), “porque el príncipe de Matrix ha descendido sobre mí con ira, sabiendo que le queda poco tiempo” (Apocalipsis 12:12).

Si no estás conmigo, estás contra mí” me dice Jesús sin rodeos (Mateo 12:30).

No puedo quedarme sin elegir, o tomar una decisión neutra, como si esta lucha entre el bien y el mal, entre Jesús y el príncipe de Matrix, no me concerniese. Jesús murió por mí y junto con sus ÁNGELES está combatiendo por mí. ¡Sí, justamente por mí!.

Aplazar esta decisión equivale a tomar una posición explícita en contra de Jesús y a favor del ángel rebelde. Quiero ser consciente de esta verdad que Jesús en persona me quiere transmitir en este momento. Estoy frente a la encrucijada de mi vida…