¡La autodestrucción avanza, despierta!

Una forma de rebelión, nacida de una profunda e inmadura insatisfacción que se transforma en rabia incontrolada, serpentea “in crescendo” en la sociedad de hoy. Se hace cada vez más palpable un sentido de pertenencia a una raza abandonada a sí misma, ya tristemente iniciada en un angustioso camino autodestructivo que puede tener como epílogo final solo la extinción.

Una “comunidad” reunida y acogida por un “salvador vengador”, el cual autoriza a golpear para compensar la pérdida debida al propio vacío interior. La amarga insatisfacción de una existencia sin un sentido y un porqué. Un malestar confuso y totalmente desconcertado que cada vez más frecuentemente desemboca en un deseo de morir kamikaze para sentirse alguien. A la búsqueda de una “justicia – hazlo tú mismo”.

Pero Dios el Creador es amor (sea cual sea el nombre que se le de), ama a sus criaturas y nos inspira a amarnos el uno al otro. Si te sientes abandonado, Dios es el padre celestial que te acoge entre sus brazos amorosos y omnipotentes… Aquel que te permite superar tus frustraciones más irracionales y profundas.

Por el contrario, el “salvador vengador”, con sus palabras persuasivas se aprovecha de las debilidades de otros para sus propios intereses oscuros. Y detrás de este guía maléfico, la humanidad avanza fatalmente hacia un conflicto enorme (un conflicto cósmico entre el Bien y el mal iniziado hace miles de años) hipnotizada e impotente. Su estrategia es sencilla: captar la sensación de frustración de los más débiles. Pero esta táctica está destinada al fracaso. El “salvador vengador” está a un movimiento del jaque mate.

¡La autodestrucción avanza, despierta! Abandónate al amor por tu Creador, por tu prójimo y por la creación entera. Conéctate de nuevo a la fuente de toda vida… la inmortalidad, el amor y la paz eterna te esperan.