Ha llegado el momento de explicar, pero sobre todo de mostrar el rostro de Dios al mundo entero. Sí, los tiempos son más que maduros para hacer resplandecer el carácter divino en los cuatro ángulos de la tierra. El mundo languidece y la raza humana se encuentra universalmente en un estado de colapso físico, moral y espiritual. Falta (aparentemente) una brújula, una estrella polar, que pueda ayudar al hombre a encontrar el sentido de la vida y el discernimiento entre el bien y el mal.

 

Después de dos mil años de la venida en carne y hueso de Dios el Hijo Jesús a este planeta llamado tierra, la humanidad se encuentra tan desorientada y asustada que nuevamente necesita una presencia física (así como espiritual y moral) que pueda escuchar con sus propios oídos, ver con sus propios ojos, pero sobre todo tocar con sus propias manos.

 

Ha llegado la hora de que la Palabra se haga nuevamente carne y vuelva a habitar entre nosotros; para que podamos contemplar la gloria de nuestro Padre que está en los cielos, así como la gloria del unigénito Hijo Jesús, lleno de gracia y de verdad. (Ver Juan 1:14)

 

Pero esta vez no se tratará de una manifestación directamente divina, sino de una manifestación indirecta presentada por una criatura falible y mortal que reflejará el claro carácter divino como ninguna criatura lo había hecho antes.

 

Parecerá verdaderamente un hermano gemelo de Jesús, presente en carne y hueso entre nosotros. Una criatura cualquiera que tomó en serio las promesas y enseñanzas divinas (pero sobre todo el ejemplo) de Jesús. Un común mortal que, enamorándose del carácter divino perfecto e inmutable, decidió seguir seriamente los pasos de Jesús.

 

Pero lo más poderoso de esta manifestación increíblemente grandiosa no serán las acciones espectaculares, las palabras sabias, los discursos inspiradores e iluminadores o los milagros, sino su poder atractivo y emulador. Usando mi lenguaje post-moderno tal manifestación se podría definir como “trendy” y “viral”. Sí, porque Jesús era fascinante en su forma de ser, atractivo en su carácter, “trendy” porque sus enseñanzas se volvían populares y virales porque su popularidad y fama crecían día tras día de manera exponencial sin el apoyo de las redes sociales y de la tecnología actual.

 

Más aún, ¿cuánto más su hermano gemelo estará “de moda” y será “viral” en esta sociedad postmoderna donde casi todas las criaturas sobre la faz de la tierra llevan un teléfono inteligente conectado a internet y vinculado a las principales redes sociales?

 

Incluso si puede parecer una blasfemia para los estudiosos superficiales de la Palabra de Dios, lo que Jesús hizo en tres años y medio hace dos mil años, se puede lograr hoy en tres minutos y medio. Él mismo anticipó proféticamente: “De cierto, de cierto os digo que el que cree en mí, también hará las obras que yo hago, y hará más porque voy al Padre” (Juan 14:12).

 

El hermano gemelo de Jesús, a pesar de su limitación humana, mostrará el verdadero rostro de Dios al mundo entero y la raza humana quedará asombrada y poderosamente atraída. Todos, y me refiero a todos, se sentirán atraídos, pero sólo unos pocos serán los elegidos (ver Mateo 22:14). Pero incluso estos pocos elegidos, siguiendo el ejemplo del primer hermanito gemelo, se convertirán en pequeños hermanos gemelos de Jesús.