Juan el bautista, el profeta que vino con el Espíritu de Elías, fue un grandísimo siervo de Dios el Creador. Él tenía características exteriores particulares: 

– se nutría de manera sencilla y escasa,

– pasaba buena parte de su tiempo rodeado de silencio, en lugares solitarios,

– se vestía de manera basta;

Juan el bautista, como precursos y preparador de la primera venida de Jesús, una venida en dolor, tenía una misión absolutamente única. Él, ya fuera con su carácter interior que con su apariencia exterior, debía hacer de espejo profético al Salvador  que dentro de poco llevaría la corona de espinas.

La Generación Omega de fans de Jesús, precursores y preparadores de la segunda y última venida de Jesús, una venida en gloria, tiene una misión única. Ellos, ya sea con su caracter interior o con su apariencia exterior, deben proféticamente hacer de espejo al Salvador que dentro de poco aparecerá en el cielo llevando una corona real de oro y piedras preciosas.

Sí, los verdaderos fans de Jesús son capaces de saborear el paraíso ya hoy en las tinieblas dolorosas de Matrix.

Sí, los verdaderos fans de Jesús consiguen sonreir incluso cuando la vida terrenal trae solo lágrimas y sangre.

Sí, los verdaderos fans de Jesús llevan la esperanza allí donde hay solo amargura y desconsuelo.

¿Soy yo un componente de esta generación absolutamente única y especial de fans de Jesús?

La respuesta la puede solo dar mi carácter interior y mi vida exterior.