– ¿La privacidad ha muerto? Está llegando un mundo maravillosamente “transparente”.

– ¿Los derechos humanos están disminuyendo? Está llegando una conciencia cósmica que hará inútiles y obsoletos tales derechos.

– ¿Los intereses económicos de unos pocos prevalecen sobre la colectividad? Esta llegando una era de “fraternidad universal”.

– ¿Ha desaparecido la soberanía de los pueblos? Está llegando una nueva clase dirigente global con cándidas vestimentas de oveja.

– ¿El patrimonio público está ahogándose en un río de deudas? Está llegando un jubileo que pondrá a cero todo…

Tiene así comienzo el mundo 2.0. Y he aquí que llega… un mesías tecnocrático a imagen y semejanza de este nuevo mundo tecnocrático. Y Matrix finalmente reencuentra a su amado píncipe y arquitecto. He aquí el apogeo de una convergencia política/religiosa/económica universal. ¡Qué milagro!

En esta orgía de unanimidad subrealista surge de la nada una voz humilde pero decidida que desestabiliza el equilibrio global, haciendo que se congele la sangre en las venas del nuevo liderazgo universal diciendo: “porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios para seducir, si fuese posible, también a los fans de Jesús” (ver Mateo 24:24 y Marcos 13:22)