La triste historia de un príncipe mortal sin reino.

El “vice-creador” (así se ve el príncipe de Matrix) quiere ser el Señor y Dios de su propia “creación”: Matrix, alias Babilonia. Así él se rebela a las leyes de Dios el Creador, desviando pérfidamente el equilibrio creativo armonioso y perfecto. Su caída ruinosa y la inmortalidad ya perdida lo conducen al deseo de poder. Y aquello que codicia el poder, más que ninguna otra cosa, es justamente la inmortalidad. La peor pesadilla del Príncipe de Matrix no es otra que el TIEMPO. Me doy cuenta como fan de Jesús de su desesperado y extremo intento de detener la inevitable conclusión de su era. Su respiración es inquietante porque la ansiedad lo devora. Creado como portador de luz, se apagará tristemente como una estrella negra, cuya existencia solo ha traído oscuridad y hielo.

El príncipe mortal sin reino, que sueña con un planeta suyo propio, un Matrix a su imagen y semejanza, abusa de los talentos que le han sido dados por el Creador con la finalidad perversa de dominar, manipular y subyugar la voluntad ajena, envenenando las mentes de la raza humana con promesas falsas y tentaciones efímeras. Se trata de una falsa espiritualidad, la cual tiene como único objetivo la destrucción del verdadero regalo del Creador a su amada criatura del género humano, en el cual reside la posiblidad de reunión con Él, aquel que me ha creado y amado, en una vida iluminada con Él.

Al contrario, el Príncipe de Matrix me pinta sus mentiras como “libertad” y su vacío como “vida”. Una de sus principales promesas es con respecto a la reunión, a través de un recorrido de iluminación evolutiva, de un estado místico y nebuloso de inmortalidad. Esta es la seducción final del Príncipe de Matrix, una señal de los tiempos que preanuncia un aterrizaje muy poco suave, y bastante definitivo, de la antigua estrella de la mañana (ver Isaias 14:12), hoy solo una estrella negra.

En el punto final de esta era, la corrupción y la codicia consumirán literalmente a los ciudadanos de Matrix. Y aunque todo parecerá perdido y las fuerzas de la oscuridad parecerán tener la victoria en las manos, a través de la intervención del Dios Creador Omnipotente, permanecerá solo el bien.

Sí, existe un Creador Omnipotente y padre amoroso que se interesa por el destino del planeta tierra creado por Él mismo. Él persigue un plan de salvación infalible. E incluso la más pequeña de las criaturas de la raza humana es de fundamental importancia en este plan divino. Por lo tanto también yo.

¿No son todos los fans de Jesús, según dice el mismo Jesús en persona (ver Mateo 5:14), los nuevos portadores de luz?