Cuando la vida te oprime, mantén la cabeza bien alta.
Cuando el peso de la vida te aflije, mantén la cabeza bien alta.
Cuando la deuda te aplasta, mantén la cabeza bien alta.
Cuando la injusticia te hiere, mantén la cabeza bien alta.
Cuando el mal te tienta, mantén la cabeza bien alta.
Cuando la corrupción te fascine, mantén la cabeza bien alta.
Cuando el compromiso te seduzca, mantén la cabeza bien alta.
Cuando todo parezca colapsar alrededor tuyo, mantén la cabeza bien alta ¡no huyas!
Cuando te vengan ganas de derrumbarte, mantén la cabeza bien alta ¡no te rindas!
La vida es un maratón, no importa vencer los 100 metros ni los 400 metros. Lo que vale es llegar a la meta con honestidad, lealtad, dignidad y rectitud.