Jesús ha buscado siempre de llevar a sus fans sobre las huellas de la felicidad y de la salvación, y a su pueblo bajo la guía amorosa del Padre que está en los cielos. Muchas veces ha usado a sus mensajeros para limpiar su iglesia de las infiltraciones matrixianas. 

Pero el hombre, dice la Biblia, tiene la cabeza dura y recarga, después de cada reforma divina, la droga matrixiana en las propias venas. Él dice en su corazón que la Palabra de Dios es su única estrella polar. En realidad, tantas doctrinas, estrategias, tradiciones y creencias son fruto de la pura fantasía humana y no tienen nada que ver con los planes de Dios y con el mensaje de Jesús.

¿Quiero continuar recargando la droga mortal de Matrix en mis venas, o decido meterme humildemente en las manos desintoxicantes del Espíritu de Dios?

Debo decidir si reponer mi sangre con el oxígeno vivificante de Jesus o con la droga esclavizante y letal del pérfido y camaleónico príncipe de Matrix.