Conocido también como el león de montaña, el puma simboliza la vitalidad pura y la energía espiritual. Este felino se mueve  con gracia, velocidad y elegancia y es capaz de realizar ataques ultrarrápidos. Por esta razón, este animal tan majestuoso se ha convertido, con el paso del tiempo, también en símbolo del poder.

Mi estrella polar en Isaías 49:1-7, habla de la venida de un siervo del Dios Creador, al estilo del puma, justamente en los últimos días que precederán a la segunda venida de Jesús. Y es precisamente a través de este puma apocalíptico que el Omnipotente manifestará su gloria delante del mundo entero.

El gran arquitecto del universo dice a su puma, cuya boca ha hecho como una espada afilada, convirtiéndola en una flecha puntiaguda: “¡Quiero hacerte la luz de las naciones, el instrumento de mi salvación hasta los confines de la tierra!

Este puma adoptará, exactamente como Jesús, un código de comportamiento basado sobre principios éticos y morales firmes, de los cuales no podrá ser desviado de ningún modo, convirtiéndose así de manera totalmente inesperada y fulminante, en el punto de referencia para amigos, familiares, y para la aldea global por completo. Y cuando vengan puestos en discusión tales principios, el siervo del Dios Creador similar a este felino, los defenderá con todo su ser, porque ellos constituyen su identidad.

Tal puma tendrá confianza en sí mismo y será capaz de transmitir esta confianza también a todos aquellos con los que se realciona. Los zombis matrixianos sentirán miedo frente a su fuerte personalidad, sintiendo una especie de amenaza; en cambio, los fans de Jesús se sentirán seguros mostrando una gran estima por esta personalidad moralmente sólida y confiable.

Mi estrella polar profetiza sobre este puma apocalípcio con las siguientes palabras: “Los reyes lo verán y se levantarán; príncipes también y se postrarán, a causa del SEÑOR que es fiel, del Santo de Israel que te ha elegido”.

El único punto de referencia confiable y honesto en un mundo apocalíptico en el que todas las certezas, incluso las milenarias, se habrán derrumbado, será este puma al que se dirigirá la atención del mundo entero para recibir el último mensaje del Padre celestial.

¡Este puma está a las puertas!