Como la Biblia me evidencia, en momentos cruciales de la historia Dios elige un mensajero suyo especial (profeta) para dar un mensaje a su pueblo. En medio de estos momentos particulares, siempre ha habido periodos de silencio profético que a veces duraban incluso siglos. Por ejemplo, el profeta Zacarías interrumpió un silencio que había durado cerca de 400 años.

Un mensajero de Dios (profeta) movido por el espíritu de profecía escribió: “Mediante un profeta (Moisés) Dios condujo a Israel fuera de Egipto” (Oseas 12:14, primera parte)

Aunque hoy en día Dios nos habla a cada uno de nosotros a través de su Santo Espíritu, se espera un nuevo y definitivo cese de silencio profético. Sí, has oído bien. Cerca de la segunda venida de Dios hijo (Jesús), exactamente como sucedió poco antes de la primera venida con el profeta Juan el Bautista, Dios enviará de nuevo el Espíritu de Profecía. Y como el puelo de Dios (Israel) salió de la esclavitud egipcia a través de un profeta, muy pronto el pueblo de Dios (remanente) saldrá de la esclavitud matrixiana a través de un profeta. Esta es la promesa con la cual concluye el Antiguo Testamento (Malaquías 4:5)

“Creed al eterno, que es el Dios vuestro y estaréis seguros; creed a sus profetas y triunfaréis” (2ª Crónicas 20:20)