En criptografía una fórmula es un algoritmo utilizado para realizar operaciones de cifrado y descifrado.

Mi estrella polar en el Antiguo Testamento hace una premonición importantísima todavía no descifrada al 100%. El Nuevo Testamento me dice que la primera parte se ha cumplido con Jesús, hasta el punto de que Jesús mismo se autoproclamó como el elegido que pronto habría de realizar tal premonición (ver Lucas 4:16-21). Pero, extrañamente, Jesús no se atribuyó toda la premonición, sino solo la primera parte. He aquí la parte que se cumplió hace dos mil años en Jesús:

“El Espñiritu del Creador Dios está sobre mí, porque Él me ha ungido para llevar la buena noticia a los humildes; me ha enviado para vendar a aquellos que tienen el corazón deshecho; para proclamar libertad a los que son esclavos en Matrix, la apertura de la cárcel a los prisioneros, para consolar a todos aquellos que están afligidos dándoles CRÉDITO en vez de DÉBITO, perdón en vez de venganza, un espíritu fuerte en vez de abatido, para proclamar el Jubileo: el año de gracia del SEÑOR” (Isaías 61:1-2 primera parte). Llegado a este punto en la lectura, Jesús cierra el libro diciendo: “Hoy se ha cumplido esta premonición” (Lucas 4:21)

Sin embargo, queda incumplida ( y cifrada) la segunda parte de tal premonición. No es por casualidad que la misma habla del “día de la venganza de Dios” refiriéndose claramente a la segunda venida de Dios Hijo. He aquí lo que dice el profeta Isaías acerca de este último elegido, antes del regreso del Salvador/Mesías Jesús: “para consolar a todos aquellos que están afligidos; para dar a los afligidos de Sión una corona en vez de cadenas, el gozo de un CRÉDITO ilimitado en vez de dolor por un DÉBITO inextinguible, alas para volar en vez de depresión espiritual y material, a fin de que sean llamados justos y santos, para mostrar la gloria del Creador en Matrix” (Isaías 61:2 segunda parte -3 )

Si ha habido un elegido (Jesús) escogido por Dios Padre para proclamar el año de gracia (jubileo) del Señor, la fórmula divina no me deja dudas sobre el hecho de que habrá nuevamente un elegido, escogido por Dios Creador, que completará también la segunda parte de esta premonición divina milenaria.