Los arquitectos illuminati de Matrix buscan destruir científicamente la libertad de los pueblos (criaturas creadas originalmente a imagen y semejanza moral de Dios el Creador, utilizando cada medio lícito e ilícito para depravar su moral. 

Hoy, en Matrix se vislumbra delante de mis ojos una visión muy similar a la realidad pintada por mi estrella polar (la Biblia) cuando habla de las ciudades de Sodoma y Gomorra. ¡Veo a personas cuyo sello de similitud moral hacia su Creador ha sido profanado! Almas destruidas psicológicamente, zombies materialistas, orgullosos, intemperantes, despiadados, falsos y desleales. Monstruos hipersexualizados, alcoholizados y toxicodependientes. Envoltorios humanos moralmente depravados que, aun manteniendo una imagen aparentemente respetable, no resisten de ninguna manera al espíritu rebelde y autodestructivo matrixiano. Es más, ya que la relación con los fans de Jesús hace emerger potentemente su bajeza, ellos prefiern abrazar a los demonios que, por el contrario, les harán sentirse a gusto (Ver Timoteo 3:1-9)

Una sociedad que pierde el fundamento de su moral, degenera hasta la perversión y la depravación, punto en el que es totalmente a imagen y semejanza del príncipe de Matrix.

Sí, está naciendo una sociedad matrixiana tan corrupta en su juicio y depravada en su moral, que pronto ya no estará en grado de discernir minimamente entre los altos ideales de los ÁNGELES y la demagogia engañosa de los DEMONIOS y de su comandante jefe.

Jesús me dice hoy: “En verdad te digo que el país de Sodoma y de Gomorra, en el día del juicio, será tratado con menos rigor que Matrix” (Ver Mateo 10:15)