LA ÚLTIMA MILLA DEL PLANETA TIERRA

Cada vez con mayor apuro y torpeza y con el miedo que corta el aliento, este mundo moribundo se precipita un paso adelante. ¿Será quizás el último, se preguntan todos?

Las masas agotadas por crisis de todo tipo están en agonía. La incertidumbre se dibuja sobre sus rostros… rostros surcados por las lágrimas, que brotan de profunda desesperación. Su mirada baja y sin un punto de referencia parece perderse en la nada.

El planeta tierra ya se está acercando a su última milla, y como en la famosa y triste historia del Titanic, los comandantes están mandando velozmente la nave a estrellarse contra un gigantesco iceberg.

“Si se puede hacer algo todavía, el momento es este”, gritan los reporteros y los observadores más atentos. Pero toda criatura, ya resignada, parece haber dedicado las últmas fuerzas que le quedaban, al menos por un instante, al inevitable y triste epílogo… un epílogo que ya se dice que está escrito. Por lo tanto, así se confía a los cuidados de las drogas lícitas e ilícitas, convencionales y no convencinales, las cuales prometen un alivio al menos momentáneo. Pero este efecto anestésico es tan falso como breve.

¿Cuándo, oh mundo, y nosotros criaturas que lo habitamos, recordaremos que tenemos un Padre omnipotente que nos espera (sí, también Él con lágrimas en los ojos) con los brazos abiertos? ¿Cuándo, nosotros muertos vivientes decidiremos regresar a Él, fuente de toda vida y donante de la inmortalidad que nos ha sido prometida, pero increíblemente rechazada por nosotros mismos, porque convencidos de que haciéndolo a nuestra manera llegaremos más lejos… sí, encima convirtiéndonos a nosotros mismos en dioses?

Oh pobres tontos, ¿no sentimos, a pesar del ruido ensordecedor de Matrix, las contracciones del parto que son cada vez más fuertes y más seguidas? ¿Todo esto no nos hace plantearnos que se trata de las verdaderas, y que el hijo unigénito de nuestro Padre, Jesús, está viniendo para llevarnos de nuevo entre sus brazos amorosos y poderosos?

¡Despiértate oh mundo, que la medianoche ya ha llegado y la salvación está a las puertas!